Pueblo agricultor con una
organización conocida como sociedad dual (atribuida a la influencia incaica),
que se dividía en dos mitades: la de arriba, hacia la cordillera y la de abajo
hacia el mar.
La ganadería practicada era de
tipo trashumante, lo que significa que en verano los animales eran llevados a
pastar a la cordillera y en invierno a la costa, donde además se proveían de
peces, mariscos y animales marino.
Las construcciones que utilizaban
para vivir eran chozas agrupadas en aldeas pequeñas, hechas de ramas cubiertas
de barro y techo de paja, a las que se sumaban unas bodegas subterráneas
empleadas para almacenar maíz y otros alimentos.
Se desconoce cuáles eran sus
prácticas religiosas, pero se piensa que creían en la existencia de una vida
extraterrenal, por el cuidado que ponían al momento de enterrar a sus muertos,
depositando cántaros con alimentos y otras ofrendas.
Los diaguitas fueron expertos
artesanos, tanto metalúrgicos como alfareros, e incorporaron a los adornos de
oro y plata, piedras semipreciosas como el lapislázuli. Su cerámica destaca por
sus vasijas decoradas con diseños geométricos en rojo, blanco, amarillo y
negro, especialmente aquellas conocidas como jarro-pato y una forma de jarrón
adoptada de los incas llamada aríbalo.
Fuente: http://www.icarito.cl/
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